GUÍA DE RESPUESTA AL SERMÓN
VIDA REAL: COMPARACIÓN
ESCRITURA PRINCIPAL
Salmo 73
1 En verdad Dios es bueno con Israel,
con los de corazón puro.
2 Pero en cuanto a mí, casi perdí el equilibrio;
mis pies resbalaron y estuve a punto de caer,
3 porque envidiaba a los orgullosos
cuando los veía prosperar a pesar de su maldad.
4 Pareciera que viven sin problemas;
tienen el cuerpo tan sano y fuerte.
5 No tienen dificultades como otras personas;
no están llenos de problemas como los demás.
6 Lucen su orgullo como un collar de piedras
preciosas y se visten de crueldad.
7 ¡Estos gordos ricachones tienen todo lo que su
corazón desea!
8 Se burlan y hablan solo maldades; en su orgullo
procuran aplastar a otros.
9 Se jactan contra los cielos mismos, y sus palabras
se pasean presuntuosas por toda la tierra.
(RV1960)
PUNTOS CLAVES
- La comparación exagera al centrarse en las apariencias y nos desanima
- La comparación distorsiona al experimentar sentimientos encontrados
- La comparación provee perspectiva al comprender la soberanía de Dios
VERSÍCULO A MEMORIZAR
Pídele a Dios que escriba esta palabra en tu corazón esta semana:
“¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra”. Salmo 73:25 (RV1960)
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR
Tómate el tiempo para reflexionar y responder a estas preguntas por tu cuenta en la presencia del Espíritu Santo, o con amigos o familiares de confianza:
1: Cuando nos comparamos con personas a las que envidiamos, tenemos una forma de exagerar su éxito. ¿Cómo has visto que esto suceda en tu propia vida?
2: Cuando comparamos la bendición de Dios en nuestras vidas con la bendición de Dios en la vida de los demás, hacemos menos aquello que Dios nos ha dado ¿Cuándo fue una vez que pasaste por algo así?
3: Cuando nos comparamos como creyentes con aquellos que aún no lo son, muchas veces hacemos menos las buenas acciones que realizan. ¿Por qué crees que hacemos esto?
4: ¿Qué enseñanza te ha mostrado Dios a través de este mensaje? ¿A quién puedes animar con la verdad esta semana?
ORACIÓN
Señor, eres incomparable, nadie ni nada se compara contigo. Y por medio de Tu gracia ya no somos esclavos de la comparación. Ayúdanos a escucharte y guía nuestra mirada hacia ti. Fija nuestra mirada y nuestro pensamiento en ti, Jesús.